Un crédito hipotecario es un tipo de préstamo otorgado por una entidad financiera con el fin de permitir a una persona o familia, adquirir una propiedad inmobiliaria, como una casa o un departamento.
La característica distintiva de un crédito hipotecario es que la propiedad adquirida sirve como garantía para el préstamo. En otras palabras, si el prestatario no cumple con los pagos acordados, el prestamista tiene el derecho de tomar posesión de la propiedad mediante un proceso legal conocido como ejecución hipotecaria.
Los créditos hipotecarios suelen tener plazos de pago extendidos, a menudo de 15 a 30 años, lo que permite a los prestatarios distribuir el costo de la propiedad a lo largo del tiempo. Los préstamos hipotecarios también incluyen tasas de interés, que pueden ser fijas (no cambian a lo largo del plazo del préstamo) o variables (pueden cambiar según las condiciones económicas).
La compra de créditos hipotecarios es una práctica común en el sector financiero, donde una entidad financiera o inversionista adquiere los créditos hipotecarios de otra entidad o banco. Esta transacción se realiza mediante un proceso de compra y venta de cartera hipotecaria.
La compra de créditos hipotecarios puede ser beneficiosa tanto para el vendedor como para el comprador. Para el vendedor, le permite liberar capital y reducir su exposición al riesgo crediticio, mientras que para el comprador, le brinda la oportunidad de diversificar su cartera de inversiones y obtener ingresos a través de los pagos de los deudores hipotecarios.